lunes, 11 de marzo de 2019

¿Culturas propias o híbridas? partiendo de la idea de Edward W.Said




Hasta el siglo XVIII se consideraba que las artes debía de tener tanto belleza como utilidad moral. Platón temía que esto restase valor a lo bueno, significando una pérdida de expresión, pura  mimética de la realidad como otros muchos han hecho.



Por muy novedoso que sea algo, siempre va a provenir de algo existente, tanto si es simple inspiración, representación o copia, como bien menciona el artículo de Edward W.Said, Cultura, identidad e historia: “Ninguna identidad cultural aparece de la nada, todas son construidas a modo colectivo sobre; la experiencia, la memoria, la tradición....” aparte de estar estrechamente ligados con el ascenso y la caída de los grandes poderes, sin poder pasar por alto la relación entre cultura e imperio. A lo largo de la historia se ha hablado de los sueños, de lo que es real y lo que no lo es. En nuestra película encontramos algunos símiles y referencias de lo onírico en la cultura colectiva.



Uno de los factores que influyeron en la evolución de la literatura, pintura y música, fue la distinción entre Oriente y occidente, cuando se creía que había una línea imaginaria que separaba ambas culturas. Antiguamente se pensaba que existía una jerarquía de razas y civilizaciones, y que la superior dominaría sobre las otras, queriendo o no , como por ejemplo cuando Lord Macaulay tuvo la idea de educar a los hindúes en inglés para tener un mayor control sobre ellos. Actualmente, no hay una jerarquía, todos somos iguales, lo que nos diferencia es la cultura, y debemos enriquecernos los unos con los otros.

Empiezan a surgir prácticas científicas como el orientalismo que se abrió camino en todos los niveles de la cultura, el arte europeo, admirado por chinos, egipcios, trinitenses etc.

En la película Origen se ve claramente el orientalismo. Uno de los personajes principales, Saito, es un personaje que adopta estereotipos propios de las personas importantes y con dinero de Oriente. Se retrata a esta persona como un ser sin escrúpulos, que solo piensa en su bienestar y la conservación de su dinero y su posición en la pirámide.

Además, cuando se representan las escenas orientales, representan escenarios típicos del imaginario colectivo occidental. Un ejemplo es el sueño de Saito, el cual está en un restaurante Oriental. En otras películas, como Kill Bill, se ha utilizado escenarios similares, lo que hace que los espectadores piensen en lugares similares cuando les hablan de Japón o China.




Por lo que se saca en conclusión de que todas las culturas son híbridas. De un modo u otro, unas se influencian sobre otras, y no por ello dejan de perder su esencia. Como bien dice el texto: “La cultura implica la concurrencia de diferentes definiciones, estilos, cosmovisiones e interese en pugna” y esto es lo que la hace interesante, la mezcla de culturas. 

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