En esta entrada vamos a hablar del Feminismo radical. Hemos decidido hablar de él, ya que es el que más controversia supone en nuestro panorama actual. Para ello realizamos una encuesta en redes sociales, para que nuestros seguidores nos expliquen qué es para ellos este feminismo.
Para comenzar, creemos conveniente exponer los significados según la RAE de: Feminismo y Radical.
FEMINISMO:
1. m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.
2. m. Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.
RADICAL:
1. adj. Perteneciente o relativo a la raíz.
2. adj. Fundamental, de raíz.
3. adj. Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático.
4. adj. Extremoso, tajante, intransijente.
Estas son cuatro respuestas que hemos seleccionado de nuestros seguidores:
a
Algo creado por las personas machistas para desprestigiar el movimiento feminista.
b
Las que desprestigian a los hombres solo por serlo.
c
Por lo que tengo entendido, es un feminismo que analiza el problema hasta la raíz.
d
La etiqueta que se le pone al feminismo cuando a alguien no le mola.
Como se puede observar, la mayor parte de las personas de nuestro entorno, definen este tipo de feminismo con las definiciones 3 y 4 de la RAE. Un feminismo extremoso, tajante e intransijente; cuando en realidad, el feminismo radical quiere cambiar desde dentro, ir a la raíz del problema.
El feminismo radical es incomprendido tanto por sectores antifeministas, como por feministas. Con este artículo queremos refutar todas las malas interpretaciones que se han hecho a cerca del mismo.
Esta corriente apareció en los países occidentales en los años 60 y 70. Kate Millett y Sulamith Firestone, quienes analizaron aspectos como la cultura, la educación, la pornografía o la sexualidad. Los movimientos feministas de la primera ola, hasta ese momento, estaba centrado en acusar la discriminación sexista que se encontraban en las leyes. Con este nuevo feminismo, comenzaron a entender que el sexismo no solo estaba plasmado en reglas, sino que también están empapados otros aspectos de la vida. Las relaciones de poder, el trato o las desventajas, eran algunos de los problemas con los que se encontraba la mujer. Esta corriente tiene como objetivo adentrarse en la raíz del sexismo.
Algunas de sus características son:
1. El colectivismo. Consideran que la desigualdad por género o sexo es una cuestión que debería ser abordada colectivamente, ya que va más allá de los problemas individuales.
2. Lo privado es político. No solo el sexismo se encuentra en imposiciones directas y claras, sino que también en cánones de belleza o costumbres.
3. Un enfoque histórico basado en el patriarcado. La raíz del sexismo está formulada teóricamente por el patriarcado, ya que este es una herencia cultural.
4. Vuelco hacia la política identitaria. Enfatiza la necesidad de crear grupos conformados solo por mujeres para analizar los problemas que no están afectados según los hombres, y también crear la conciencia feminista.
Este feminismo ha analizado el tema desde la raíz, en aspectos como la cultura de la violación, la cosificación de la mujer o las relaciones de poder en la cama. Las mujeres son vistas como objetos, y son los hombres quienes tienen el poder sobre ellas.
Como conclusión, consideramos que no nos paramos a pensar lo que significan realmente las cosas. Nos dejamos llevar por los pensamientos de la mayoría de las personas, y no profundizamos en aquello que nos pueda interesar para nuestra propia persona. La cultura de masas hace que nosotros demos por sentado algunas cosas que se han cambiado de sentido al paso de los años, heredando ideas preconcebidas y no parándonos a analizar la cuestión desde la raíz.
Posdata:
Una lectura muy interesante, para adentrarse más en el movimiento feminista, es el libro Feminismo para principiantes de Nuria Varela. Para finalizar esta entrada dejamos un fragmento de este:
El feminismo es un impertinente —como llama la Real Academia Española a todo aquello que molesta de palabra o de obra—. Es muy fácil
hacer la prueba. Basta con mencionarlo. Se dice feminismo y cual palabra mágica, inmediatamente, nuestros interlocutores tuercen el gesto,
muestran desagrado, se ponen a la defensiva o, directamente, comienza la refriega.
¿Por qué? Porque el feminismo cuestiona el orden establecido. Y el orden establecido está muy bien establecido para quienes lo
establecieron, es decir, para quienes se benefician de él
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