Alta y la cultura popular son conceptos que pretenden ordenar de alguna forma las manifestaciones y productos culturales de nuestra sociedad.
Explicado de manera sencilla, divide obras consideradas de alta estima o elitistas, de las obras populares (en el sentido de obras como cultura de masas).
En el caso de nuestro producto cultural y nuestro ámbito, es interesante reflexionar y debatir sobre si el cine y/o concretamente las películas que produce el cine son cultura alta o cultura.

Por un lado está claro que hay películas que han pasado a la historia del séptimo arte y por otro lado, encontramos otras producciones que han pasado sin pena ni gloria por el sector. Sin embargo, ¿En qué nos basamos para clasificar que una película sea de alta o cultura popular? ¿Qué es lo que define a esa película para considerarse de un bando u otro?
Es evidente que Origen tiene un trasfondo, una narrativa y un concepto que exige al espectador un papel activo para comprender fielmente la proposición de Nolan. En este sentido, aparte del componente de ocio, ¿Es Origen alta cultura?
En comparación con otras producciones, Origen es mucho más que un entretenimiento. Por ejemplo, consideramos que Resacón en Las Vegas a pesar de tener la misma categoría de producción y entretenimiento (que para eso se ha producido la película), como producto cultural tiene un objetivo totalmente distinto a Origen. La primera es una propuesta más compleja y la segunda es puro entretenimiento (banal).
¿Podríamos decir que Origen es alta cultura y Resacón en las Vegas cultura popular?
Opinamos en cierta parte que sí. Pero también dudamos de la categoría de alta cultura para Origen y esto se debe en gran medida a que hay que comparar para poder establecer categorías.
Casablanca a día de hoy puede ser que tenga más trascendencia que Origen, pero la diferencia es que con Casablanca tenemos la perspectiva del tiempo (Origen se estrenó en 2010).
Por tanto, consideramos que el término de alta cultura o cultura popular puede ser utilizado de una forma un poco peligrosa al momento de clasificar estas manifestaciones culturales, ya que existe un componente temporal que no atiende a ningún criterio objetivo, más que el propio paso del tiempo y la relevancia de la obra para la sociedad.
Finalmente, no consideramos que alta y cultura popular sean términos objetivos para clasificar los productos culturales contemporáneos. Sin embargo, sí puede ser útil para aquellos elementos que el tiempo nos ha permitido evaluar, analizar y ver desde distintos prismas y el juicio tanto de los entendidos como de la masa popular.
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